miércoles, 8 de octubre de 2008

El color en la infancia






Se sabe por experiencia que los niños distinguen en primer lugar las formas, y después los colores. Cuando un bebé nace sólo distingue los contrastes entre los colores, es decir lo claro contra lo oscuro. Su cerebro parece no haber aprendido aún a diferenciar tal cantidad de matices.

Con el tiempo, y cuando ya diferencian bien el blanco del negro, como colores extremos que representan lo claro y lo oscuro, empiezan a distinguir también las formas, como cuadrados, triángulos, círculos, etc. Y es más tarde cuando ya distinguen principalmente los colores más brillantes y esenciales como el rojo, amarillo, verde y azul.

Si a un niño de unos dos años se le enseñan grupos de colores, éste los irá asimilando. Si además se le amplía la gama, enseñandole diferentes tonos y matices, también aprende a diferenciarlos rápidamente. A más entremnamiento más refinamiento y memoria para distinguir todos los matices cromáticos.

Pues como todo ser humano, reacciona ante los colores instintivamente, y prefiere unos a otros. En lineas generales los siguientes puntos indican que significan las elecciones que hagan los niños pequeños con los colores cuando los utilizan para pintar o cualquier otra cosa:


  1. Amarillo: Los niños que prefieren este color son niños abiertos, confiados y libres. Si el menor rechaza este color es porque no siente entusiasmo.
  2. Azul: Indica calma interior. Quien lo rechaza, demuestra dificultad de concentración y aprendizaje.
  3. Gris: Revela que el niño quiere esconder sus emociones para evitar obligaciones. Su rechazo es un síntoma de que participa excesivamente en el entorno, cierto grado de entrometimiento e invasión.
  4. Marrón: Si el niño escoge el marrón es porque necesita relajarse. Si lo rechaza es porque necesita hacerse notar, distinguirse.
  5. Negro: Es el color aceptado por los párvulos inconformes, que quieren protestar o señalar el peligro de acciones impulsivas. Su rechazo no significa nada.
  6. Rojo: Se siente seguro, enérgico y lleno de vitalidad. Si lo rechaza es porque le falta confianza en sí mismo.
  7. Verde: Refleja la autoestima que siente el niño. Su rechazo es síntoma de ansia.
  8. Violeta: Ánimo sensible y deseo de afecto. Si lo rechaza es porque es cauto en las relaciones afectivas.






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